“No améis este mundo ni las cosas que os ofrece, porque cuando amáis al mundo, no tenéis el amor del Padre en vosotros. Porque el mundo sólo ofrece un anhelo de placer físico, un anhelo de todo lo que vemos y orgullo por nuestros logros y posesiones. Éstos no son del Padre, sino que son de este mundo. Y este mundo se está desvaneciendo, junto con todo lo que la gente anhela. Pero el que hace lo que agrada a Dios vivirá para siempre”. 1 Juan 2:15-17 (NTV)
Muchos de nosotros nos sentimos atraídos por las cosas de este mundo. Pasamos demasiado tiempo persiguiendo cosas que se desvanecerán. Las palabras de Juan en este pasaje deberían impactarte. Es un recordatorio de que debemos dejar de centrarnos en nosotros mismos y en nuestras propias ambiciones. En cambio, debemos esforzarnos por lo que hay en el corazón de Dios. La forma más rápida de hacerlo es servir a los demás desinteresadamente.
Quiero desafiarte hoy a vivir para Dios y no para las cosas de este mundo. Encuentre una persona a la que pueda hacer todo lo posible para servir. Tal vez sea su cónyuge, vecino, compañero de trabajo o incluso un extraño. Haz algo que los impacte y les muestre el amor de Dios.