No, a pesar de todas estas cosas, la victoria abrumadora es nuestra por medio de Cristo, que nos amó. Y estoy convencido de que nada podrá separarnos jamás del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones por el mañana, ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder arriba en el cielo ni abajo en la tierra, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios que se revela en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8:37-39 (NTV)

En nuestras cabezas sabemos que esto es cierto. Sin embargo, a menudo nos cuesta vivir esto. Regularmente dejamos que las pequeñas cosas arruinen nuestro día. Sin embargo, Pablo deja en claro que si bien pueden suceder cosas malas, y a veces sucederán, NADA puede separarnos de Dios. Nada de lo que hagas, de lo que te haga nadie o de lo que te suceda puede separarte de Dios.

Dondequiera que te lleve el día, recuerda la verdad, el Evangelio. Si algo sale mal, no dejes que arruine tu día; detente, ora y recuerda. Piensa en este versículo. Vuelva a poner las cosas en perspectiva. Dios te ama y nada puede separarte de él ni cambiar eso.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here